domingo, 10 de enero de 2016

Juegos de Bolos

La entrada de los bolos en la Península Ibérica proviene de los bolos de origen germánicos que se practicaban en los monasterios. Se produce a través de los peregrinos a Santiago de Compostela, pues en su origen eran un rito religioso. El camino de Santiago facilitaba los intercambios culturales, y los peregrinos junto a las posadas y albergues practicaban el juego de los bolos. El paso del tiempo fue transformando las normas del juego y aparecieron distintas modalidades, propias de cada valle o comarca del norte peninsular. Posteriormente, también continuaron extendiéndose por el resto de la península. Sorprende, que en el Libro de los Juegos, recopilado por Alfonso X El Sabio, a finales del siglo XIII, no aparezca ninguna referencia sobre los juegos de bolos. A continuación, hacemos referencia a los juegos de bolos que nacieron dentro de la península:
El Bolo Leonés, el Bolo Alavés, el Bolo Asturiano (con 3 modalidades: el bolo batiente, el bolo cuatreada, y el bolo celta o tineo), el Bolo Cántabro (con 2 modalidades: el bolo palma y el pasabolo tablón), el Bolo Murciano (con 2 modalidades: el bolo huertano y el bolo cartagenero), el Bolo Valenciano (les birles), el Bolo Andaluz (bolos serranos), y el Bolo Catalán (les bitlles).
En la actualidad está muy presente el juego de los bolos, pues es una actividad de ocio al alcance de todo el mundo, donde las típicas boleras han permitido la permanencia de este juego.

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